CERONDO ONDUELA
CERONDO Asistí al sepelio de Cerondo una noche caliente y húmeda de verano en la ciudad desierta por el éxodo masivo a la playa. Contrariamente a lo que esperaba no había demasiada gente en el velatorio de un ciudadano con cierto renombre y con una trayectoria sumida en círculos culturales. Esperaba ver una vorágine de actores, directores, colaboradores, amigos y porqué no, alguna mujer madura con alguna secreta relación con el fallecido, tan hecho en el arte de la seducción como es de suponer en un escritor que tan buen uso hace de estas cosas que llamamos palabras. Allí estábamos Gavio, Silas y yo conversando sobre temas que nada tenían que ver con el fallecido, solamente cuando me hablaba MJ de temas insulsos, intranscendentales, cotidianos y tediosos, podía yo llevar mi mente a los recuerdos y a la llamada de la nostalgia. Aún así esto sucedió en...